La calidad del aire comprimido requerido para las CMM debe ser muy alta, a fin de evitar problemas en los rodamientos neumáticos (estos solo tienen un par de micras de separación respecto a las guías por donde se desplazan).

Es muy importante mantener esta área libre del polvo que se genera en el medio ambiente. Al mantener una buena calidad de aire, evitamos problemas en los rodamientos neumáticos (cojinetes), guías y motores, de lo contrario los daños causados pueden ser irreversibles.

Los contaminantes que podemos encontrar son los siguientes:

1) Partículas sólidas: Las partículas sólidas son minúsculas porciones de materia como el polvo o el óxido. (trabaja como una lija entre el cojinete y la guías por donde se desplaza, causando daños irreversibles). Los cuales afectan la precisión de la CMM.

2) Agua: El aire atmosférico contiene vapor de agua y, cuando se comprime, su concentración aumenta.

Es inevitable que esto suceda, pero podemos secar el aire comprimido para minimizar los estragos del agua en las máquinas, tuberías, depósitos y herramientas.

(Con el paso del tiempo daña las mangueras neumáticas los cuales empiezan a fugar aire, el agua más el polvo se amalgaman formando un tapón en los orificios y guías del cojinete).

3) Aceite: El aceite puede contaminar, en mayor o menor medida, el caudal de aire comprimido y producir desperfectos (grumos, burbujas, imperfecciones), existen compresores lubricados los cuales funcionan bien, siempre y cuando se asegure la instalación una unida de filtración antes de la CMM. De no ser así, se ocasionarán problemas similares a los descritos en el párrafo anterior.

Es por ello, que se recomienda ampliamente, el contar con adecuado sistema de filtración a fin de evitar los problemas mencionados y minimizar los tiempo muerto en la CMM así como los altos costos de reparación.